A veces me doy cuenta que nos quejamos demasiado... Que si el mundo de la fotografía es duro, que si hoy en día todo el mundo tiene una cámara, que si ya no es lo que era....
Y yo soy la primera en quejarme. Hasta que me encuentro con personajes como Keïta: si el tiempo que perdemos en quejarnos, lo transformáramos en agallas para ir mas allá, todos seriamos Seydou Keïta.
No sólo inició su carrera cómo fotógrafo en 1935, a los 14 años, cuando su tio le regaló su primera Brownie, sinó que además, lo hizo en Mali. Y no sólo lo intentó, sinó que se ganó la vida con ello, y su obra ha dado la vuelta al mundo de exposición en exposición...
Mientras aquí estudiamos arte, nos enseñan el arte de la fotografía, tenemos los mejores equipos, el montó su estudio en Bamako, capital de Mali, con su camarita y poco mas. Dedicó toda su vida a retratar hombres, mujeres, niños y familias.
Habrá muchas personas que habrán hecho lo mismo en un montón de países de todo el mundo... el lo hizo en Mali, a principios del siglo XX, y el resultado es una magnífica obra compuesta por mas de 10.000 negativos, revelados, trabajados y tratados a mano, tal y como a nosotros nos enseñaron en clase de historia de la fotografía, tal y como nosotros aprendimos entre ampliadoras, revelador, fijador y otros productos, que ya están encerrados en el baúl de los recuerdos...
http://www.seydoukeitaphotographer.com
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PowerBeam: cuando lo que necesitas es PUNCH
Hace 3 años
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